Fernando Ribas de Pina, Coordinador de la S.P. de Adicciones del COEESCV nos envia esta interesante reflexión sobre las adicciones no químicas y la combinación de adicción con enfermedad mental, y como éstas, están creando nuevas realidades, nuevos retos, frente a los que los Educadores Sociales nos hemos de preparar y preguntar que respuestas podemos ofrecer a la sociedad.
La labor de la Educación Social es siempre cambiante, está viva porque tratamos con la vida.
Internet no solo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de acceder a la información o al ocio. Ha favorecido la aparición de nuevas adiciones no químicas, con procesos adictivos y respuestas cerebrales calcadas de las adicciones químicas.
Las TIC’s están suponiendo un motivo creciente de petición de ayuda en los centros de tratamiento, sobre todo entre los adolescentes. El problema se evidencia sobre todo con los juegos con conexión en línea. Adolescentes que no fuman, casi no beben pero se pasan horas, días, en su habitación, sin más relación que la de los compañeros de juego, que fácilmente residen en otra franja horaria.
Relaciones familiares y sociales, deterioradas o inexistentes, compromisos académicos, abandonados y una sintomatología clara de tolerancia y abstinencia.
Son aportaciones tecnológicas, que los padres ven con buenos ojos en un principio, es el llamado efecto “niñera”. Cuando se dan cuenta de que hay un problema nos toca hablar de adicción, no de conducta problemática o abuso.
El juego en línea (póquer, ruleta, apuestas deportivas, etc..) se legaliza, mediante la Ley de Regulación del Juego, en mayo del 2011. De la ley se ha reglamentado casi todo menos el control de la publicidad y la protección de población vulnerable (los menores entre otros). Quienes se acercan al juego en línea son internautas habituados a jugar en ese medio, habitualmente alguien joven. Es un nuevo nicho con pobladores nuevos, no son apostadores que se hayan desplazado hacia Internet. Hablamos de perfiles distintos con patrones y motivaciones diferentes. La adicción al juego tardaba en aparecer entre tres a cinco años, ahora ha bajado a uno o dos. La accesibilidad es absoluta, gracias a las aplicaciones para los móviles. Accesibilidad y disminución de la sensación de riesgo (es legal) son dos factores muy favorecedores de una adicción.
Hay otra novedad que lleva más tiempo asentada entre nosotros, llego silenciosamente, sin crear escándalo, pero es muy preocupante y lo será mucho más en un futuro cercano.
La Patología Dual. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) estima que en el año 2025, el 75 % de las personas con enfermedad mental tendrán algún problema de abuso de sustancias. Hay un aumento en el porcentaje de trastornos mentales en los usuarios de los Centros de Tratamiento para adicciones. La patología dual no sólo presenta alta prevalencia sino que su gravedad clínica y social, así como su pronóstico, suscita la necesidad de un abordaje adecuado, global e integral, capaz de orientar las respuestas específicas en cuanto a la intervención. Las respuestas en el Estado español son dispares pero la más generalizada se basa en recursos de salud mental y adicciones separados y con la única coordinación que el buen hacer de los profesionales sea capaz de crear. Acciones basadas en recursos globales e integrados o con protocolos de coordinación reales, son todavía proyectos.
Nuevos frentes, nuevos retos, en los que los Educadores Sociales nos hemos de preguntar que respuestas podemos ofrecer y que necesitamos para ello.
“Como no sabía que era imposible lo hizo”
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